Nuestra inteligencia emocional determina el potencial que tenemos para aprender las competencias emocionales prácticas. Nuestra competencia emocional en una labor pone de manifiesto cuánto de nuestro potencial hemos traducido en capacidades concretas.
Poseer simplemente una gran inteligencia emocional no garantiza haber aprendido las competencias emocionales que interesan para realizar un trabajo. Por ejemplo, una persona puede ser muy empática, pero no haber aprendido aquellas habilidades que, basadas en la empatía, se traducen en servicios superiores al cliente, management excepcional o liderazgo compartido. Imaginemos por otro lado a una persona con un timbre de voz perfecto que, habiendo tomado lecciones de canto, se convierte en un excelente tenor de ópera. Sin dichas lecciones no hubiera hecho carrera en la ópera; no obstante todo su potencial, sería como un Pavarotti sin oportunidad de florecer.
La empatía -del griego “emocionado”- es la capacidad cognitiva de percibir, en un contexto común, lo que otro ser puede sentir. También es descrita como un sentimiento de participación afectiva de una persona cuando afecta a otra.
En vez de juzgar, una persona puede comprender los pensamientos, las emociones y el comportamiento de otra al notar que, de estar en su lugar, probablemente pensaría y sentiría lo mismo. Hay un dicho de los indios norteamericanos que conecta la empatía con la compasión:
No juzgues a un hombre hasta que hayas caminado con sus zapatos.
Reglas de la empatía
Mimetización no es empatía
La amabilidad no es debilidad
Empatía no es convertirse en el otro es saber que el otro es un OTRO.
El desacuerdo no requiere la enemistad ( acordar desacordar)
La riqueza es la necesidad de poco no la acumulación de bienes
Estar convencido no implica tener razón
Aún si tengo razón no me da derecho a cambiar al otro (si mis cuadros están torcidos es verdad tienes razón , pero no puedes venir a enderezarlos por que son míos y los quiero así )
Seis hábitos de las personas altamente empáticas
El filósofo australiano Roman Krznaric desarrolló seis hábitos de las personas altamente empáticas que merecen ser compartidos.
* Hábito 1: Cultivar la curiosidad por los extraños.
* Hábito 2: Desafiar los prejuicios y descubrir puntos en común.
* Hábito 3: Probar la vida de otra persona.
* Hábito 4: Escuchar atentamente y abrirse.
* Hábito 5: Inspirar la acción masiva y el cambio social.
* Hábito 6: Desarrollar una imaginación ambiciosa.
Empatizar con los adversarios también es una ruta hacia la tolerancia social. Ese fue el pensamiento de Gandhi durante los conflictos entre musulmanes e hindúes que llevaron a la independencia de la India en 1947, cuando declaró: ¡Soy musulmán! Y un hindú, un cristiano y un judío.
¡Gracias por leer hasta el final! Deseo que te sirva para seguir cumpliendo tus metas y objetivos , si deseas que te acompañe como tu Coach para desarrollar todo tu potencial o el de tu equipo, puedes escribirme aquí
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